En un mundo actual, dominado por la alta tecnología en la fabricación y diseño de cualquier objeto cotidiano, no digamos ya en el campo de las comunicaciones donde teléfonos de última generación con un sinfín de capacidades están al alcance de cualquiera de nosotros, perdura un elemento sencillo y hasta rudimentario. Se trata de la brújula.

La brújula, sencilla desde sus orígenes.

Ya en el siglo IX era utilizada por los chinos para la orientación en el mar. Consistía en una aguja imantada que flotaba en una vasija con agua y de este modo los marinos podían orientarse en las noches de bruma cuando ver las estrellas era imposible.

Curiosamente las primeras brújulas chinas apuntaban al sur y tenían 24 divisiones básicas.

Años mas tarde, a finales del siglo XIII, este invento llegaba a Europa con algunas variaciones. Esta vez apuntaba permanentemente al Norte y se fraccionaba en 16 divisiones básicas. Principalmente fue utilizado en la minería como forma de planificar y orientar las excavaciones subterráneas. Es el comienzo de la brújula moderna.

Las brújulas siguen siendo un elemento indispensable en nuestros días.

Hoy en día con el acceso de nuestros teléfonos inteligentes al GPS o Sistema de Posicionamiento Global parecía que este objeto iba a caer en desuso pero se ha comprobado que no. Los aparatos electrónicos son susceptibles al fallo y requieren de baterías que terminan agotándose. Por tanto, la brújula sigue siendo un elemento indispensable en muchos ámbitos.

En el terreno militar esta no ha dejado de ser un utensilio vital del soldado para la realización de determinadas tareas como orientación y navegación sobre el terreno, identificación y ubicación de puntos u objetivos sobre plano, definir direcciones de vigilancia, delimitar sectores de tiro para armas y apuntar armas como morteros o piezas de artillería. Estos son algunos de los ejemplos más comunes en tierra. Aunque pequeñas y grandes embarcaciones, submarinos y aeronaves aún la siguen usando.

También en el ámbito civil, el uso de goniómetros-brújula, teodolitos y demás instrumental de alta precisión usado por tipógrafos dependen de la brújula para su puesta en estación.

En deportes como las carreras de orientación la brújula y su dominio son el aspecto técnico más a tener en cuenta.

Componentes de una brújula.

• La aguja:

Una aguja imantada es desde el principio el alma de la brújula, es la que señala constantemente al norte. En algunos modelos este elemento se sustituye por un disco que hace las mismas funciones.

• La caja:

Es el elemento que contiene la aguja o esfera. La protege y suele estar relleno de algún líquido como aceite, alcohol o queroseno. Su función es evitar la constante oscilación de la aguja sobre su eje.

• La esfera:

Si la aguja nos señala el norte, la esfera nos marca con precisión el resto de puntos cardinales. Su división en 360º sexagesimales o las también usadas milésimas artilleras que suponen un total de 6400 partes iguales, permiten al usuario un empleo muy preciso de las prestaciones aportadas por la aguja imantada.

Reglas para medir, escalímetros, clinómetros, transportadores de ángulos son algunos de los complementos este elemento indispensable en el equipo del soldado.

Existen diferentes tipos de brújulas, pero todas comparten algunas características comunes que permiten conocer la posición del norte magnético y obtener una referencia de un objeto en relación a otro.

Practicas de orientación.

El Blog de Zona Tactica pretende ser un elemento de consulta. Una herramienta de apoyo para aquellos que quieran refrescar conocimientos en días previos a una marcha topográfica, o descubrir rutas por el campo en sus días de relax disfrutando de la naturaleza. De modo que en sucesivos artículos sobre orientación en nuestro apartado de entrenamiento trataremos temas básicos sobre el empleo de la brújula, sacar e introducir rumbos, consultar coordenadas en el plano, etc.

Puede usted adquirir su modelo de brújula preferido en nuestra web Zona Táctica.